Marcos Zimmermann: Buscando la identidad nacional en 150 fotos

Fotógrafos: Durante dos años, Marcos Zimmermann recorrió el país con su cámara retratando las múltiples caras de los argentinos.

Marcos Zimmermann
Experiencia religiosa. Una monja, compenetrada, en la Catedral de Córdoba. / Marcos Zimmermann

(Por Luciana Morcillo, Clarín) – Mineros en la mina de Rio Turbio en Santa Cruz. Trabajadores petroleros de Vaca Muerta en Neuquén. Científicos del Invap, en Bariloche, donde se hacen los satélites. Una comunidad aborigen en Formosa. Una desmotadora de algodón en el Chaco. Unos pobres tipos en Ledesma, Jujuy, bajo la lluvia con unos impermeables de plástico precarios, cosecheros de caña de azúcar.

El autor, Marcos Zimmermann, recorrió el país durante dos años buscándonos. Ahora relata cada foto, como volviendo a disparar la cámara. Alto Comedero en Jujuy. Mujeres trabajando, una es ama de casa en Misiones, otra está en la linea de montaje en Las Marías, Corrientes. Y El Impenetrable, Chaco.

Personas comunes de diferentes lugares del país en sus trabajos, en sus casas, los niños en la escuela o en un momento de ocio. Argentinos, ese es el nombre de esta muestra.

A través de las imágenes viajamos con el fotógrafo y virtualmente saludamos a cada uno de sus retratados. Esa es un poco la idea. Vernos, descubrirnos, reconocernos. Quizás modificarnos un poco.

Al lado de una foto un texto también de Marcos Zimmermann relata las consecuencias de una inundación en un barrio pobre: “La chica se pone a llorar mucho más fuerte mientras camina hacia el ropero. Lo abre y saca de adentro un niño. –Se llama Pedro y tiene dos meses –te dice-. –El ropero es el único lugar seco de la casa –aclara, mientras te lo pone en brazos-. Es entonces cuando te ponés a llorar más fuerte que ella, porque te das cuenta de que estás en el barrio El Timbó de Resistencia, en un rancho inundado como tantos otros cada vez que crece el río, donde vive esa chica de 17 años con su hijo. Y entonces te nace acariciarle la mejilla a Pedro que te mira con inocencia y sonríe. No sabe que está viviendo su primera experiencia de la pobreza”.

Un maestro rural de la escuela “El descanso” en Pilagá, Formosa. El centro cultural de la ciencia en Palermo. Un médico en la posta de Yacuyato en Santiago del Estero. Una procesión religiosa en la mina Aguilar. Una procesión en la villa 31 en la Ciudad de Buenos Aires. Un ensayo de comparsa en Gualeguaychú. Una pareja bailando tango en La Boca. Parejas en diferentes situaciones de amor.

“En total son 150 fotos que tratan de ser una pieza en un rompecabezas bastante difícil. Si la fotografía tiene alguna función es mostrar a los demás cosas que uno puede ver, siempre a través de los ojos de uno, pero creo mucho en lo real de la fotografía”, afirma el autor.

De un parlamento indígena en el fondo del Impenetrablea una manifestación por Santiago Maldonado. La fotografía como documento, eso es lo que sucede haciendo el recorrido completo de la muestra, con el plus de que las tomas son de una gran calidad estética y poética.

Retratos de un farmacéutico de Carmen de Patagones. Una travesti toba de Resistencia y una mujer en su casa en Misiones. Personas que viajan, tareferos que van a la cosecha, mujeres y hombres que van y vienen desde Formosa a Paraguay trayendo menudencias. Una familia entera en moto en el Chaco.

Son alrededor de cien mil tomas las que lleva hechas Zimmermann sobre este trabajo, que de todas maneras considera inacabado y tiene proyectado un libro en el que incluirá unas trescientas fotografías más.

Contrastes. Estibadores de un ingenio azucarero. El premio Carlos Pellegrini. La final de Polo en Palermo. La manifestación Ni una Menos. La inauguración de la Sociedad Rural. Trabajadores de las salinas grandes de Jujuy. Una mujer en el balcón de Proa. Turistas argentinos en Jose Ignacio, Uruguay. La Villa 31.

“Este es un país inmenso con muchos países adentro de uno. No tenemos una identidad común tan firme como algunos otros países. La fotografía es un vehículo para visibilizar la realidad de muchos. Los argentinos desconocemos nuestro país. Me enamoré de la Argentina andándola. No tengo un sentimiento patrio de la bandera, el himno. Pero creo profundamente en la patria como símbolo de ser todos juntos en algo y hacia algo”, describe el autor.

Las termas de Federación. Un domingo bajo un puente en Rio Chico en Tucumán. Otra familia en el mismo rio. Una pileta exterior en Tierra del Fuego. El santuario del Gauchito Gil. Un coche fúnebre. Niños en una escuela del Delta. Un niño en su pupitre en la escuela el Descanso en Pilagá. La facultad de Filosofia y Letras y la facultad de Derecho en Buenos Aires. Trabajos rurales. Trabajos industriales. La construcción.

Un casamiento. El disfrutar, los paseos, el baile, el deporte. La educación. La salud. El amor. O la que duele, como en la de la joven madre con su bebé en brazos rodeada de agua.

La foto de entrada a la muestra son dos mujeres mayores en primer plano, una tiene cara de oler mal y la otra come un choripán, una cerca de la otra pero no se miran. En La Rural.

Argentinos es un recorrido agudo por nuestra realidad. Verlo es encontrarse con mucho de lo que somos y, también, de lo que no somos.

El autor cuenta dos fotos

Marcos Zimmermann analiza dos fotos. Una es la de dos mujeres, una come un choripan. Dice: “La Rural de Palermo. Día de fiesta. Las clases sociales se mezclanen el, sinónimo más antiguo de la palabra Argentina: el campo. Herederos todos del horizonte recto, del arreo infinito por la pampa, de la samba, del mate y del rebenque, ricos y menos intercambian gestos y palabras para alabar shorthorns, zainos, angoras y batarazas. Como si ese interior traído al medio de la ciudad lo acercara. Como si esa cercanía temporal fuera la patria”.

Marcos Zimmermann
Dos mujeres. Foto tomada en La Rural. Están cerca y no se miran. / Marcos Zimmermann

La otra es la de dos chicos con una bicleta. Cuenta Zimmermann: “Susques, Jujuy, 3896 metros sobre el nivel del mar. El silencio se quiebra con el motor de un colectivo que anuncia con un rugido su salida de la terminal. La estación no es más que una calle a la que la costumbre de llegadas y partidas le imprimió nombre y función. Están los que parten y los que miran partir. Una calle más abajo, dos niños no se quieren perder el espectáculo. Hundidos en el destino de presidio a cielo abierto que es todo pueblo olvidado, los pequeños intentan acercarse al vehículo, como si verlo les permitiera imaginar Buenos Aires, el mundo de fantasías y opulencia al que pasado mañana llegará el ómnibus.”

Marcos Zimmermann
Se va el bondi. Susques, Jujuy. Corren a ver el micro que parte de la ciudad. / Marcos Zimmermann

Ficha

Argentinos.
Muestra de fotos del artista Marcos Zimmerman.
Dónde. En el Palais de Glace, Posadas 1725. La entrada es gratuita.
Cuándo. Martes a viernes de 12 a 20. Sábados, domingos y feriados, de 10 a 20. Los lunes permanece cerrado.
Fuente